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SALUD MENTAL UNIVERSITARIA: INVESTIGADORAS DE SINALOA ACTÚAN FRENTE AL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD
A partir de que un estudio reveló que el 72% de las y los estudiantes de Psicología requerían atención emocional, investigadoras desarrollan talleres, redes de apoyo y seguimiento clínico para atender el impacto del estrés y la ansiedad en estudiantes universitarios
Por CONFIE
En medio del aumento del estrés y la ansiedad entre jóvenes universitarios en Sinaloa, un grupo de investigadoras decidió ir más allá del diagnóstico y crearon una metodología de atención emocional que incluye talleres de manejo del estrés, sesiones de psicoeducación, redes de apoyo y seguimiento clínico.
Estas herramientas ya están en marcha en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y podrían aplicarse en más espacios educativos.
Detrás de esta propuesta está la Doctora Nuvia Fabiola Núñez Cháidez, profesora investigadora de la UAS, quien, junto con su equipo, analizó la salud mental de 351 estudiantes de entre 18 y 25 años de la Facultad de Psicología.
Los resultados de este estudio terminado en 2024 indicaron que 7 de cada 10 estudiantes presentaban síntomas de estrés, ansiedad o ambos, pero en lugar de limitarse a las cifras, las investigadoras impulsaron soluciones prácticas para prevenir y atender el problema.
El 72% de los estudiantes requerían atención psicológica.
El 18% presentó niveles moderados o altos de estrés.
El 40% manifestó ansiedad significativa.
Un 13% presentó ambos cuadros de manera simultánea, siendo el grupo más vulnerable.
“Recientemente vivimos una pandemia, actualmente estamos viviendo una situación violenta en la ciudad de Culiacán y todo eso trae consigo diferentes problemáticas”, aseguró la Doctora, quien forma parte del Sistema Sinaloense de Investigadores y Tecnólogos (SSIT).
“Claro que ahora podrían ser más por la situación en la que estamos”.
Además, el estudio encontró que las mujeres y los estudiantes de primer año mostraron mayores niveles de afectación emocional, una tendencia que preocupa a los expertos.
En la investigación también participaron la Doctora Cynthia Patricia Villar Piña; el Doctor David Alberto Rodríguez Medina; la Doctora Concepción Rocío Herrera Aguilar y la Doctora Yukaren Lizeth Núñez Cháidez, quienes analizaron la salud emocional de los estudiantes aplicando dos instrumentos psicométricos validados: la Escala de Estrés Percibido y el Inventario de Ansiedad de Beck.
Factores que detonan el estrés
En un principio, el estudio consideró a estudiantes para analizar el estrés y ansiedad por el confinamiento que ocurrió durante el año 2020 por la pandemia de COVID-19, pero se encontró más factores que detonan estas problemáticas.
“Si analizamos la cotidianidad, basta con repasar nuestras actividades diarias para sentirnos abrumados. Ahora pensemos en un estudiante que además debe enfrentar exigencias académicas, presiones económicas y un entorno social incierto. Es una carga emocional importante”, señaló Núñez Cháidez.
A esta complejidad se suman situaciones externas como la violencia actual en Culiacán, que intensifican la percepción de inseguridad y estrés.
“Cada mañana reviso el celular para decidir si llevo o no a mis hijos a la escuela. Esa incertidumbre diaria genera ansiedad. Y si a eso agregamos los problemas económicos o la pérdida de empleo, entendemos por qué este malestar se ha generalizado”, explicó la especialista.
“Los estudiantes no solamente cargan con el diario, también tienen preocupaciones económicas. Podemos ser testigos de estudiantes que mandan mensajes diciendo que no podrán asistir porque tienen otras preocupaciones”.
Un estudio que se convirtió en una herramienta
El equipo liderado por Núñez Cháidez consideró urgente que las universidades y escuelas de diversos niveles comiencen a estudiar la situación de estrés y ansiedad en estudiantes, advirtiendo que el trabajo psicosocial no debe implementarse únicamente con personas jóvenes o adultas, sino también con infancias, porque el impacto del estrés y la ansiedad varía según la etapa de vida.
“Un niño puede estresarse porque no puede salir a un restaurante por inseguridad, mientras que un adulto puede sentirse ansioso por no llegar a tiempo al trabajo. El entorno es el mismo, pero las preocupaciones son distintas”, manifestó Núñez Cháidez.
La investigación permitió crear una metodología de trabajo, basado en la atención inmediata de manejo de emociones, con estrategias de contención emocional como talleres de manejo del estrés, sesiones de psicoeducación, y el fortalecimiento de redes de apoyo.
También se propone dar seguimiento a los casos detectados mediante estudios y entrevistas clínicas con profesionales de salud mental.
El estudio fue concluido en 2024 y publicado en la Revista de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), donde se destaca la necesidad de hacer de la salud mental una prioridad institucional.
“La pandemia y la violencia dejaron huellas. No podemos seguir ignorando el impacto emocional en nuestras y nuestros estudiantes”, subrayó la investigadora.
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